Manila, Filipina. – Un terremoto de magnitud 7,1 ha sacudido este miércoles con dureza el norte de la isla de Luzón, la más poblada de Filipinas y donde se asienta la capital.
En su primer comunicado oficial, desde el Ministerio de Interior filipino han informado de al menos cuatro víctimas mortales y unos 60 heridos tras numerosos deslizamientos de tierras, caídas y derrumbes de varios edificios, especialmente en la provincia de Abra.
Las imágenes de pánico, con multitudes huyendo de los edificios, incluso de hospitales, se han repetido no solo en Abra, sino que incluso han llegado a la capital.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que registra la actividad sísmica en todo el mundo, ha detallado que el hipocentro del movimiento telúrico se ha situado a diez kilómetros de profundidad. En concreto, el USGS ha situado el sismo a unos 12 kilómetros al este de la población de Dolores, que tiene algo más de 32.000 habitantes.
Por su parte, el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología ha elevado el sismo a magnitud 7,3 y a una profundidad de 25 kilómetros, según su informe preliminar. A raíz del temblor, el Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres ha emitido una «alerta de emergencia extrema».
La sacudida, registrada a las 8.43 hora local –las 2.43 hora española–, ha afectado especialmente a la zona montañosa de Abra, aunque también se ha sentido en la capital, donde ha sorprendido a los residentes, que han tenido que desalojar algunos edificios por precaución, según varios vídeos publicados en las redes sociales.
En Abra, las imágenes publicadas por los medios locales muestran casas y edificios de todo tipo derrumbados. «Ha sido el sismo más fuerte que he sentido, pensaba que el suelo se abriría», ha relatado Michael Brillantes, un guarda de seguridad de Lagangilang, en Abra.
«El suelo ha temblado como si estuviera en un columpio y las luces se han apagado de repente. Hemos salido corriendo de la oficina, he escuchado gritos y algunos de mis compañeros lloraban”, ha seguido.
El nuevo presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., que asumió el cargo hace menos de un mes, planea viajar a Abra para reunirse con las víctimas y funcionarios locales.
Filipinas se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona que acumula alrededor del 90% de la actividad sísmica y volcánica del mundo, y que es sacudida por unos 7.000 temblores al año, la mayoría moderados.
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